Todos sabemos que el Dios nunca nos abandona, que todos los momentos de nuestra vida discurren bajo su paternal mirada. Sin embargo, aún así, ha querido establecer para tiempos de dificultad medios para que podamos percibir de un modo especial su cercanía y protección.
La unción de enfermos es uno de esos recursos, elevado a nivel de sacramento, por el que Dios nos ofrece su ayuda para superar las pruebas que se pueden presentar por razones de edad, de enfermedad o de grandes tribulacio-nes.
Por todo ello, siguiendo la costumbre que en nuestra parroquia se ha vivido desde años atrás, administraremos la Unción de enfermos a todos que lo deseen y cumplan con las condiciones necesarias:
- Estar bautizado y haber llegado al uso de razón.
- Estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez (ésta se considera equivalente a una enfermedad severa por sus síntomas de desmoronamiento y típi-cos achaques)
- Dado que es un sacramento de vivos ha de recibirse en gracia de Dios por lo que presupone si fue-se necesario el sacramento de la reconciliación. En casos extremos, si el enfermo o accidentado está inconsciente puede administrarse sin la previa reconciliación considerando que, en la in-tención del Señor, los sacramentos son para facilitar la salvación de los hombres.
- Puede repetirse cada vez que haya un empeora-miento de la salud.
Concretamente, tendremos las correspondientes cele-braciones comunitarias conforme a este calendario:
Fontiñas: 15 de febrero…(18.30 hs)
San Roque: 16 de febrero (11.30 hs)
La Nova: 16 de febrero ….(13.00 hs)
Avisamos de estos actos con suficiente antelación para que los interesados puedan prepararse convenientemente.
No será necesario insistir en que cualquier enfermo o persona imposibilitada que desee recibir la Unción, recibir el sacramento de la Penitencia o de la Eucaristía, con dificultades para acudir a la iglesia, puede avisar en la parroquia y cualquiera de los sacerdotes les atenderá tan pronto como sea posible.